Hace unos pocos años
participé junto con mis alumnos de 5º de primaria (10-11 años) en una campaña
de Amnistía Internacional para salvar de la pena de muerte a una mujer
nigeriana. Estuvimos mandando correos electrónicos, firmando en la web de amnistía
y, sobre todo, siguiendo la noticia a través de los medios de información, debatiendo
en clase, interesándonos por el problema, hablando de las injusticias que se
dan en el mundo y que, muchas veces no nos enteramos, simplemente porque nadie
nos hace pensar en esas personas que padecen en todo el mundo.
La alegría entre los
niños fue inmensa cuando supimos que Zafiya, la mujer nigeriana, se había
salvado a causa de la presión que los medios internacionales habían ejercido
sobre el gobierno de ese país africano.
Todavía, la semana
pasada, diez años después de ese curso, una alumna, Victòria Carreras, que vino a visitarme al
colegio, me recordaba con pasión ese momento en que fueron conscientes de lo
que habían conseguido. La lucha por la justicia, muchas veces, da frutos.
En la actualidad hay países
que condenan, todavía, el adulterio por parte de la mujer con la lapidación. Amnistía
Internacional sigue luchando, sigue recogiendo firmas para librar de una muerte
tan horrorosa a tantas mujeres olvidadas.
Intisar Sharif Abdallah, de 20 años, fue acusada de adulterio y condenada a muerte en un juicio injusto. Intisar se encuentra en prisión junto con su hijo pequeño de cuatro meses esperando a que se ejecute su sentencia.
Os pongo el
enlace para que firméis con valentía
y sigáis el recurso para que Intisar se salve.