viernes, 24 de mayo de 2013



Podemos leer hoy en el diario.es un reportaje sobre la vida ¿vida? en el Congo.
Nos olvidamos con demasiada facilidad de los dramas, mucho más intensos, injustos, mortales, de las persona que viven en otros países.
Profundizando un poco podemos enterarnos de cómo malviven, malmueren diría yo, miles de personas ante nuestra mirada indiferente.
¿Y qué podemos hacer? Es la pregunta recurrente ante la avalancha de noticias de todo tipo que se cierne sobre nosotros. Y creo que, la respuesta es, sencillamente, estar informados, interesarnos... Sólo con eso estaremos preparados, dispuestos, a plantar cara cuando se nos quiere adormecer y engañar.

La noticia empieza así:

El conflicto que vive la República Democrática del Congo (RDC), desde 1996, sigue teniendo consecuencias insoportables: asesinatos, saqueos, familias enteras obligadas a dejar su hogar y miles de mujeres víctimas de las violaciones, que se usan como arma de guerra. Todo ante la indiferencia y el “silencio” de la comunidad internacional. “El conflicto tiene orígenes y causas, no solo congoleñas o africanas, también internacionales y económicas. Y ese es el motivo por el que está olvidado”. La periodista culpa asimismo a las empresas que acuden a la llamada de minerales como el oro, diamante, níquel o coltán, muy presentes en la zona. “Son muchas las multinacionales que están financiando esta guerra negociando con los rebeldes que explotan las minas donde se extraen esos minerales, como el coltán, con el que se hacen los teléfonos móviles de todo el mundo.

Estemos atentos, estemos informados, opinemos.

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