No hace ni dos días que hablamos del humor racista y nuestro Oriol, raudo como el viento, con esos reflejos que le caracterizan, nos manda un video de uno que escucha él y tres o cuatro más en la radio. Está claro que la calidad y la sensibilidad en todos los sentidos no nos la ponen al alcance de todos, pero quien la valora, la encuentra, esté donde esté. ¡Bravo, chaval!
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