Sin duda, interesantísimo el libro del que habla Juan Pe en este artículo, pero, yo, que soy de mente poco dada a la dificultad (no retengo el nombre de más de dos elfos) valoro muchísimo que, Juan Pe sea capaz de resumir con tanta claridad un libro de tantísima dificultad.
Como siempre, gracias por explicarte con esa claridad que deslumbra mis entendederas.
Ah, feliz año a ti y a todos los que, como tú, aman la libertad, la cultura y la diversidad.
El otro día, releyendo el Canto IX del Infierno de Dante, al imaginar las bermejas torres de la ciudad de Dite, me vino irremediablemente a la cabeza el nombre de “Minas Morgul”, la ciudad de los muertos en “El Señor de los Anillos”, esa deliciosa obra de J.R.R Tolkien.
Sin ser un excelso literato, Tolkien nos ha deleitado desde hace medio siglo con sus historias de enanos, dragones, elfos y demás criaturas, fruto de una imaginación incalculable, que le llevó incluso a crear lenguas propias que, en realidad, no han existido jamás: “quenya”, “sindarin”, “silvano”… Destacando, cómo no, “El Señor de los Anillos”, por su proyección cinematográfica, yo particularmente me quedo con “El Silmarillion”.
De dificultosa lectura, narra la historia de los tiempos antiguos, muchos años antes de que aparezcan en escena los Hobbits, Legolas, Aragorn, etc… Iluvatar, una especie de Dios primigenio, crea a través de la música a los Ainur, espíritus que van ganando forma semihumana. Mangwë será su líder en la ciudad imperecedera que habitan, llamada Valinor. A su lado aparecerán espíritus menores, los Maiar. Los Ainur descubrirán a los Elfos (los Eldar los llama Tolkien), bellas criaturas que gozarán del placer de la inmortalidad, y más tarde, a los hombres (los Adan). De entre las diversas clases de Elfos (Vanyar, Noldor, Teleri…), los Noldor, también llamados “Elfos profundos”, serán los ejes de las sucesivas batallas que se producirán en la Tierra Media con el más temible de los Ainur, Melkor. El más famoso de los reyes Noldor, Fëanor, llamado “Espíritu de Fuego”, llamará a aquél “Morgoth”, por su maldad.
La historia de “El Silmarillion” gira alrededor de los llamados “Silmarils”, tres joyas que Fëanor forjó con la luz de los árboles de la ciudad de Valinor. El malvado Morgoth, acompañado de la espantosa araña Ungoliant, secó la luz de los árboles y robó los Silmarils, matando al padre de Fëanor. Éste pronunció entonces el famoso juramento de los Noldor, que tantas penurias les haría pasar, y consistente en que perseguirían y matarían a todo aquel que se hiciera con un Silmaril. A partir de ahí, constantes batallas entre Elfos y las huestes de Morgoth, compuestas de Orcos, Dragones y diablos de fuego, llamados Balrogs. El tristemente famoso “Hado de los Noldor” los llevará prácticamente a su extinción.
Tolkien castiga a los Noldor de principio a fin. Castiga la arrogancia de Fëanor, su orgullo, su terrible juramento, su avaricia por los Silmarils; castiga el odio (cuando otros Elfos, los Teleri, se niegan a prestarles los barcos para ir hacia el norte, entabla batalla contra los mismos, en la llamada “matanza de los hermanos”. El fin de todas estas iniquidades será la locura de los elfos profundos; y así, un hijo de Fëanor, Maedhros, se arrojará con un Silmaril a un ardiente abismo, y otro, Maglor, el más sensato de la historia, lo arrojará al mar.
Me dejo, para no cansaros, infinidad de historias de esta gran aventura élfica: el amor de Lúthien y Beren, la caída de la ciudad de Gondolin, la lucha de Morgoth con Fingolfin, rey supremo de los Noldor, etc… Pero es que, como he dicho, Dite me recuerda a Minas Morgul y también, ¿por qué no?, a Angbar, la guarida de Morgoth; y éste a Lucifer, que Dante sitúa en el noveno círculo de su infierno. Y es que la destrucción de todo ser vivo por parte de Morgoth en la Tierra Media es impresionante durante todo el libro… ¿estaría pensando Tolkien en el Infierno dantesco cuando lo escribió?
Ah!, un apunte final: he leído en algún lugar que el año que viene recrean en cinemascope “El Hobbit”, otra gran aventura de Tolkien. Si es como la trilogía de los anillos seguro que es estupenda. Pero yo pienso en un futuro, y en ver en una butaca, con las palomitas y la Coca Cola, a Fëanor y a Fingolfin, a Turgon, a Aredhel, a Fingon, a Finarfin, y a tantos y tantos Elfos que en este singular libro me han hecho vivir un mundo de fantasía sin fin.
Juan Pe Ruiz.
Igualmente, profe, Feliz Año a todos los Erblonsitas y a los que no lo son. Hay por ahí diccionarios de las obras de Tolkien. Como supondrás, me he leído decenas de veces los nombres de los Elfos, haciendo árboles genealógicos en improvisados folios... ¡Qué le voy a hacer, soy así de friki!. Saludos.
ResponderEliminarMe gusta lo de erblonsitas, suena a habitantes de erBlons. Erblonsistas serían los seguidores del blog. Erblonsitas, erblonsitas, ¿para cuándo una entrada en el diccionario de la lengua?
ResponderEliminarPor cierto, ¿para cuándo un cuento de misterio escrito por Juan Pe?
Seguro que nos va a encantar.
Correcto, Erblonsitas=seguidores de Erblons. ¡El Copyright de este término es mío, eh Manu! Ojito que me voy a la SGAE y ya sabes... Sí, es un buen nombre para todos los que seguimos este querido blog de nuestro especial Manu. ¿Un cuento de terror? Joder, emular a Poe o a Lovecraft es poner el listón muy alto, pero algún día lo intentaré. Tomo nota. Saludos.
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