lunes, 28 de junio de 2010

UNA DE FANTASMAS QUE ES ALGO MÁS… (Por Juan Pe Ruiz)

SEÑORES: TEMPORADA DE VERANO.
Un verano como éste, allá por 2009, empezó su andadura erBlons. Después de diferentes avatares, circunscritos únicamente, al estado de inspiración de su creador, aquí presente, podemos decir, que erBlons tiene ya un año, por lo que se le considera mayor de edad.
Como no podía ser de otra manera, celebraremos el evento con un articulillo de nuestro ensayista de cabecera, Juan Pe.
El artículo, fantástico, derrocha nivel literario e interés por la novela de misterio-terror. Siempre digo, en el comentario al último escrito, que supera a los anteriores, pero, es que es verdad, ¡jolín! (también podía haber dicho ¡coño!, pero ¡jolín! es más fisno).


Me encanta la literatura de terror en general, pero no los cuentos de fantasmas en particular. Ya he mostrado mis predilecciones por Poe, Machen, Bierce, porque, en lo sustantivo, no hablan de fantasmas. Poe decía que sus terrores no procedían de Alemania (en clara referencia a los castillos y las hadas), sino del alma; Machen descubrió un horror oculto en los bosques y bajo las piedras de su querida Gales; Bierce nos descubre un terror angustioso –léase “La muerte de Halpin Frayser” o “El dedo medio del pie derecho”-. Incluso Lovecraft deslumbró con su denominado “terror cósmico”, pero no habló de los fantasmas que tanto gustaron en la época dorada de la novela gótica.
            Hay una obra que habla de fantasmas, pero que encierra mucho más que las apariciones de espectros. Se trata de “Vuelta de tuerca”, de Henry James. Es una novela que ha provocado numerosas interpretaciones y ha dividido a la crítica en dos posiciones radicalmente opuestas. En la narración que hace la nueva institutriz de dos niños, Flora y Miles, sobre la aparición fantasmal de los antiguos cuidadores de los mismos, Quint y Jessel, y sobre la influencia que éstos ejercen sobre aquéllos, no se aprecia únicamente el miedo a lo espectral (germen de la  novela gótica de Raddclife, por ejemplo), sino el miedo a algo más ruin aún. Juan Antonio Molina Foix, en una estupenda introducción a esta compleja obra, nos da, en pocas líneas, una clase magistral: “Andrés Gide fue uno de los primeros en darse cuenta de que quizá no se trataba de un simple cuento de fantasmas, sino de un relato freudiano en el que la narradora –el aya con sus pasiones y sus visiones- termina por hacer vivir a los niños las espantosas imágenes que le acosan a causa de su represión sexual. O sea, que los fantasmas no eran tales, sino alucinaciones de la institutriz, delirios de una neurótica, que en el fondo no son más que proyecciones de las propias frustraciones del autor”. La corriente contraria destaca la realidad del relato de fantasmas como tal, sin ir más allá que la simple aparición terrorífica del espectro y sin más exabruptos que, por ejemplo, éste que nos remarca Molina Foix: “Varios comentaristas se han preguntado si la relación del niño con Quint –uno de los fantasmas- no sería también de tipo homosexual”.
            Personalmente no sabría decantarme por ninguna de las dos teorías. Creo que Lovecraft apreció ambas cosas a la vez, pero no llegó a decirlo tan abiertamente. Al menos es muy sutil cuando nos habla de esta obra en su libro “El horror en la literatura”, donde dice que “en  la “Vuelta de tuerca”, Henry James vence suficientemente su inevitable pomposidad y prolijidad como para crear un verdadero ambiente de siniestra amenaza al describir el influjo espantoso de dos muertos malvados, Peter Quint y la institutriz Miss Jessel, sobre un niño y una niña que habían estado bajo sus cuidados”.
            Y yo me pregunto: ¿qué quiso decir en realidad Lovecraft con “influjo espantoso” y con “muertos malvados”? Creo que, de tratarse de una partida de ajedrez, lo habría dejado en tablas.

Juan Pe Ruiz.

1 comentario:

  1. Ester Morillas (amarillita)30 de junio de 2010, 0:55

    Curioso...es un libro que desde pequeña he visto en la estantería de una de mis primas...despertándome una curiosidad tremenda.
    Hace no mucho, recordé la existencia de este libro y se lo pedí. Aún no lo pude leer...pero ya te diré cuál es la percepción que me sugiere.

    Un abrazo bien grande!!

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