jueves, 23 de julio de 2009

¡EH!, QUE YA HEMOS VUELTO...


EL CAMINO, EXPERIENCIA FASCINANTE. (Por manuel Arenas)

Recientemente hemos realizado mi amigo Moisés y el que suscribe una parte del Camino de Santiago, concretamente el tramo que discurre entre Roncesvalles y León, y puedo aseguraros que ha resultado una experiencia fascinante.
Dicho tramo comprende aproximadamente unos 440 km del total de los 750 que abarca el Camino completo. Habíamos programado hacer el recorrido en 15 jornadas y así ha sido, aunque no han coincidido con las etapas previamente establecidas, ya que el Camino, con sus características y las circunstancias que se van sucediendo, acaba imponiendo su ley y marcando las pautas a las que tú te has de ir adaptando sobre la marcha, lo cual me parece perfecto.
Concretamente las etapas que nosotros hemos realizado etapas que iban de los 25 a los 38 Km.
Hemos procurado aprovechar las primeras horas del día, que son las más fresquitas, para caminar. Comenzábamos la jornada entre las 6 y las 6:30 h. y la finalizábamos entre las 15 y las 17 h.
Al llegar al albergue lo primero era instalarse, después una ducha relajante, la colada del día, tender la ropa, y una buena comida que nos reponga del desgaste sufrido.
A continuación una siesta reparadora (increíble lo reparadora que es ), y el resto de la tarde lo dedicábamos a visitar el lugar, a un suave paseo y a ir pensando en la cena que nunca se iba a más allá de las 8 de la tarde para poder hacer la digestión antes de irse a dormir. El toque de queda es a las 10 de noche, y en las primeras etapas se hacia un poco extraño irse a la cama aún con sol en el cielo, pero, como he dicho anteriormente, el Camino impone su ritmo y acabas acostumbrándote a él.
Hablando de la comida, este es un tema importante al que conviene prestarle atención. Tiene que ser variada y equilibrada y hemos de procurar estar hidratados durante todo el día para poder reponernos del desgaste sufrido. Antes de salir nos hidratábamos bien tomando zumos o leche o soja y fruta ( plátanos, melocotones…), a las 2/3 horas de camino parábamos a comer un bocadillo y una cervecita (¡ qué bien sentaba la parada!).
Y si tienes problemas de rozaduras debidas al sudor, es muy útil la vaselina (y en mi caso me ha ido muy bien el “halibut” pomada para bebés).
En fin, podría contaros muchas más cosas, pero creo que de eso se encargará mi amigo Moisés. Yo sólo os animo a que, por poco que podáis, os liéis la manta a la cabeza y os lancéis a hacer el Camino. Os lo garantizo, la experiencia será inolvidable.
Un saludo.

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