martes, 18 de septiembre de 2012

NO ES ORO TODO LO QUE RELUCE...



No todo lo que reluce es oro, ni barras, ni estrellas.
Los niños, esas personitas que tan bien conozco por mi trabajo como maestro, son en todos los países del mundo, en todos, víctimas de abusos de todo tipo. Los niños vienen al mundo a jugar, a conocer a otros niños a querer a sus padres a sus hermanos, a sus abuelos, a todos aquellos por los que se sienten queridos; pero, si bien los niños son capaces de pasarse horas y horas jugando, también está sobradamente demostrado que tienen una grandísima capacidad de trabajo. Por eso en los países del tercer mundo se les obliga a trabajar para que ayuden a la paupérrima economía familiar. Bueno, en los países del segundo mundo, también. ¿Y en los países occidentales? También, también... y en todos es igual de vergonzoso
Resulta que en los EEUU la ley permite que los menores trabajen en las duras labores del campo, ayudando a sus mayores; permite por extensión, y sin que nadie lo controle, que niños de 10 a 18 años pasen entre 5 y 10 horas al día, tras su trabajo escolar, recolectando tabaco, por ejemplo. La agricultura es uno de los sectores de empleo infantil más peligrosos en Estados Unidos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Los niños se arriesgan a sufrir intoxicaciones por pesticidas, accidentes graves e insolaciones.Además, como consecuencia de las extensas jornadas laborales, los niños que trabajan en el campo registran una tasa de abandono escolar cuatro veces mayor que el promedio nacional.
En su informe de 99 páginas,  ("En tierras peligrosas: El trabajo agrícola infantil en Estados Unidos"), Human Rights Watch documenta cómo los niños que trabajan en el sector agrícola ponen en peligro su seguridad, salud y educación en grandes granjas comerciales en todo Estados Unidos.
La ley de trabajo infantil actual fue redactada en la década de los años 30, cuando muchos niños trabajaban en las granjas de sus familias, pero esa era hace tiempo que ha pasado a la historia. Es hora de que Estados Unidos actualice sus anticuadas leyes de trabajo infantil para que los niños que trabajan en la agricultura reciban las mismas protecciones que los demás menores trabajadores
Zama Coursen-Neff, autora del informe y subdirectora de la División de Derechos del Niño de Human Rights Watch

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