domingo, 15 de noviembre de 2009

MORIR CON DIGNIDAD (Por Joan Lluis Cortés)


En ésta su última entrega, hasta el momento, Joan Lluis nos deja este acertado artículo sobre un tema tan serio, tan discutido y tan trágico. Como siempre, un acierto...

Desde hace un tiempo, morir en España de cualquier enfermedad que suponga una dolorosa agonía, se ha convertido en una terrible tortura para el paciente y sus familiares allegados.

Hasta no hace mucho, la mayoría de hospitales del estado que disponian de unidades de cuidados paliativos y los que no disponían, a través de sus facultativos, intentaban dulcificar la muerte de los enfermos terminales, aplicándoles sedantes o cualquier tipo de substancias que hicieran mas llevadero el camino sin retorno que conduce hasta la muerte.
Pero esto cambió radicalmente a partir de la denuncia que el Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid Juan José Güemes interpuso contra los facultativos de varios hospitales de la comunidad por estimar que éstos contribuían a acelerar o directamente desencadenar la muerte de los pacientos terminales que atendían en sus centros al administrarles lo que se consideraban drogas perniciosas para su salud.

Juan José Güemes, unos de los hombres fuertes de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid, es un hombre sin formación técnica sanitaria, licenciado en económicas por la Universidad complutense de Madrid, y Máster en Mercados financieros por la Universidad San Pablo CEU (Universidad dependiente de la Asociación Católica de Propagandistas y cuyo ideario es la difusión del llamado Humanismo Cristiano) y quién ha liderado esta cruzada para erradicar las prácticas paliativas en los hospitales de su jurisdicción, consiguiendo así que los pacientes fallezcan con grandes sufrimientos, de acuerdo con su ideología, y la del partido que lo sustenta.

Médicos que han contactado con quien esto escribe, y de los que guardamos su identidad han manifestado que el daño ocasionado por Gúemes, ha sido ingente, y no sólo en la Comunidad de Madrid, sino en toda España, pués el miedo a la judicialización y persecución se ha apoderado de la mayoría de profesionales del sector, lo que añadido a los que ya por su propia ideología conservadora adoptaban posturas contrarias a la apliación de sedantes, hace que hoy día en España la mayoría de los enfermos terminales padezcan terribles agonías con convulsiones, dolores insoportables, vómitos y todo tipo de padecimientos, ante la mirada impotente de sus seres queridos que no pueden hacer otra que resignarse y sufrir.
En los grandes hospitales de las mayores ciudades del país, donde hasta ahora su utilizaban técnicas acordes con los tiempos actuales equivalentes a las que se utilizan en los paises más avanzados de Europa, se ha retrocedido en el tiempo y resulta dificil conseguir encontrar profesionales dispuestos a suavizar el tránsito hacia una muerte inapelable, mientras que en cualquier capital de provincia de la España interior resulta imposible encontrar un médico que recete una simple dosis de morfina con lo que paliar el sufrimiento de un ser humano.

Esta es una (entre otras muchas) de las consecuencias de la gran influencia de la Iglesia Católica, canalizada en otros centros de poder, a través del principal partido de la oposición, que lo es de Gobierno en muchos territorios del estado, y de la infiltración entre las altas esferas de los miembros del Opus Dei y otros afines al catolicismo, que épocas pasadas ya consiguieron superar en poder y destronar a la mismísima Falange dentro del aparato dictatorial del General Franco.

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