domingo, 7 de febrero de 2010

PALABRA DE HONOR (Por Artur García)


Siguiendo su línea de artículos con fondo, con sentimiento, con alma, Artur (antes Arturo) nos ofrece hoy un nuevo canto a la limpieza de contenido, fuera del aspecto zafio que dan los que todo lo centran en lo material. Artur es así y así me gusta que sea. Gracias, Arturo, digo Artur.
 
Desde  que pusiste en marcha erBlons hasta ahora me he dado cuenta que el nivel va subiendo, tus comentarios de cabecera de los artículos, tu devoción por tu historia pasada con el Rafi, lo bien documentados que están los artículos de Juan Pe, también el gran conocimiento de música de Oriol, esto es muy bueno, el buen uso de la información y de la palabra es lo mejor que tenemos y siguiendo la tradición y como dijo Séneca “EL HONOR PROHIBE ACCIONES QUE LA LEY TOLERA”.

Hoy os quiero hablar de la palabra, pero de  la que se da para sellar un acuerdo, la que va de la mano del honor,  la que se ha ido olvidando y que prácticamente ha quedado en desuso. Recuerdo, de pequeño, ver a mi padre sellar acuerdos con un apretón de manos; eso bastaba no se necesitaba ningún tipo de documento, ¡un simple y sencillo apretón de manos era suficiente¡ De hecho muchas cosas que se compraban simplemente se acordaba una cantidad mensual y adelante, y nunca se dejaba de pagar, si había algún problema un mes se hablaba con el interesado se le explicaban los motivos y al mes siguiente vuelta a las obligaciones.

En los tiempos que corren ahora es impensable,  hablas con el moroso y te jura por la salud de sus hijos que te paga en unos días, y van pasando los días y  ni si quiera tienen el valor de decirte que no pueden asumir el pago. Simplemente mienten. Es la modernidad que ha hecho que todo cambie y también nosotros, las personas, que llevados por un afán consumista somos capaces de endeudarnos hasta las cejas sólo por decir que tenemos el mejor coche o la mejor casa, sin pararnos a pensar si ese endeudamiento seremos capaces de asumirlo o incluso pensando que lo podemos pagar, lo llevamos tan al limite que cuando falla la mas mínima cosa se va todo al garete.  Está al orden del día el cierre de muchas empresas por no poder hacer frente a los pagos, por que esto es una cadena que empieza por un sitio y termina por otro y todos, absolutamente todos,  se ven afectados desde el primer eslabón hasta el ultimo.

Si volviésemos atrás y usáramos el mismo sistema que nuestros padres, el de la palabra y el honor, es muy probable que las cosas funcionaran de diferente manera. Ya sé que hoy en día la sociedad, incluso la economía y ese poder de consumo que es la televisión hace que no seamos capaces de poner los pies en el suelo y mucho menos de palpar la realidad, que no es otra que madurar las cosas antes de hacerlas. No movernos por impulsos o simplemente por consumir, sino hacerlo pensándolo mucho. Todos queremos ser altos, rubios y guapos, pero la realidad es que no todos somos así. Por lo tanto asumiremos nuestro rol con la cabeza bien alta y si no nos podemos comprar tal cosa pues simplemente lucharemos por ello hasta tener los recursos para hacerlo.

A mi me lo enseñó mi padre y sigue siendo mi insignia, yo con un apretón de manos firmo hasta la muerte.

2 comentarios:

  1. Yo estoy contigo. El valor de la palabra se ha perdido, y es lastimoso. Mi padre, allá donde iba, no necesitaba firmar pagarés ni cheques que, a la postre, hoy en día, ni en los Juzgados se cobran. Como bien dices, con un apretón de manos se sellaba todo. Eso eran valores. Como decían los romanos: O tempora, o mores!.

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  2. Siento no estar de acuerdo con vosotros. Conozco yo mucha gente, muchísima, hoy en día que dan su palabra y la cumplen. Desgraciadamente, en algunas profesiones se tiene más acceso a personas con poca palabra, pero, en el mundo, no lo olvidéis, hay más gente buena que mala. A mí me gusta más hablar de los buenos que de los malos, conforta más.
    Una encaixada a todos los lectores de erBlons, que, sois buena gente.

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