lunes, 20 de diciembre de 2010

EL MAESTRO DEL RELATO DE FANTASMAS: M.R. JAMES (Por Juan Pe)

Hoy, Juan Pe, nos presenta un nuevo autor de sus relatos preferidos, los de terror. Yo no sé de dónde le viene a este tío ese amor por lo terrorífico. Nadie más alejado de lo misterioso que este Juan Pe apacible, amable, cariñoso y, por si fuera poco, chistoso. Tendríais que verlo explicar y escenificar un chiste tras otro en una velada en compañía de antiguos compañeros del cole. Pa mearse... de risa. Adelante, Juan Pe:

El Capítulo X del sensacional libro “El horror en la literatura”, del americano H.P Lovecraft, habla de “Los maestros modernos”. En el mismo se habla de Arthur Machen, “dotado de una impresionante herencia céltica unida a vivos recuerdos juveniles de los montes remotos, bosques y misteriosas ruinas romanas de la región de Gwent”; de Algernon Blackwood, “en cuya obra voluminosa e irregular se encuentran algunas de las páginas más finas y espectrales de nuestro tiempo”; de Lord Dunsany, “cuyos cuentos y obras teatrales breves constituyen un elemento casi único en nuestra literatura”; y también lo hace sobre Montague Rhodes James, “preboste del Eton College, arqueólogo de renombre y reconocida autoridad en manuscritos medievales e historia de las catedrales”.
            Conocí, pues, a M.R James a través del maestro Lovecraft, pero no había leído nada de él hasta que en el año 2009 el periódico El País editó una pequeña colección de libritos llamados “Maestros del Terror”.  En su contraportada se decía: “Montague Rhodes James (Goodnestone, 1862-Eton, 1936) comenzó escribiendo cuentos de terror por puro pasatiempo y para entretener a sus allegados, pero acabó siendo aclamado como el maestro indiscutible del relato de fantasmas”. El ejemplar en cuestión comprende cuatro relatos fantásticos: “Corazones perdidos”, “El Conde Magnus”, “El tesoro del Abad Thomas” y “El maleficio de  las runas”. A dos de ellos se refiere en particular Lovecraft en su libro referido. Leamos un poco el comienzo de cada una de sus referencias: “El Conde Magnus” –dice el escritor de Providence- es sin duda uno de los mejores, ya que constituye una auténtica Golconda de suspense y de sugerencia. Mr. Wraxall es un viajero inglés de mediados del siglo XIX que se encuentra en Suecia recogiendo material para su libro. Se interesa por la familia De la Gardie, próxima al pueblo de Raback; estudia sus documentos y siente especial fascinación por el constructor de la mansión solariega, un tal conde Magnus, de quien se cuentan cosas extrañas y terribles”.  Y ahora sobre el segundo al que nos hemos referido: “En “El tesoro del Abad Thomas”, un anticuario británico descifra un criptograma pintado en unas vidrieras renacentistas, y con ello descubre un tesoro en un nicho situado a media altura de la pared interior de un pozo, en el patio de una abadía alemana. Pero la astuta persona que lo depositó le ha colocado un guardián; y algo en el oscuro pozo rodea con sus brazos el cuello del buscador, por lo que éste se ve obligado a abandonar su inspección y manda llamar a un clérigo”.
            Finalmente, con relación a la maestría de M.R James sobre el relato de fantasmas, dos citas más: una la de la edición de “Maestros del terror” de El País: “Sus propias historias, sin embargo, nada tienen que ver con los fantasmas victorianos, relacionados con lo sobrenatural. Los de M.R James surgen de entornos burgueses y situaciones realistas, y con frecuencia sorprenden a sus personajes mucho después de que hayan aterrorizado al lector”. Lovecraft, por su parte, nos dice: “Al inventar un nuevo tipo de fantasma, se aparta sensiblemente de la tradición gótica convencional; pues mientras que los viejos fantasmas clásicos eran pálidos y majestuosos y eran percibidos principalmente con la vista, el espectro habitual de M.R James es delgado, enano y peludo; una abominación perezosa e informal de la noche, a medio camino entre la bestia y el hombre, a la que llega a tocarse antes de verla”.
            Otro autor estupendo de relatos de terror, pues, al que hay que descubrir sin género de dudas.
           
Juan Pe Ruiz.

1 comentario:

  1. Como se nota que me quieres bien, amigo Manu. El aprecio es mutuo, ya lo sabes. La explicación la tienes en el primero de los artículos que te mandé para Erblons y que hablaba de Poe. Lo conocí siendo adolescente y me atrapó la literatura de terror. Y la policíaca también, sobre todo Chesterton. Un abrazo a todos.

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