martes, 19 de abril de 2011

LA REENCARNACIÓN


Paseo por la calle, entre floridos cerezos y olorosos tilos. La temperatura es fresca, unos 22º Celsius, 70º Fahrenheit. La humedad relativa del 70%. No llueve. No hace sol. Miro el reloj: son las nueve de la noche. Camino lento, inmerso en mis pensamientos. De pronto me detengo, el corazón latiendo fuerte en mi pecho. Estoy cojeando ostensiblemente. Me miro los pies. Me tranquilizo: tengo un pie en la calzada y otro en la acera. Vale,  céntrate Manué, que no avanzamos. Me inclino levemente para depositar una moneda en la lata de melocotón en almíbar que sostiene un mendigo que apura sus últimas horas en la calle antes de que Gallardón lo haga pasar a mejor vida. Cuando la moneda golpea el culo de su lata, el sintecho levanta la cabeza, entreabre los sus ojos y, clavando en mi pupila su pupila blanquecina, me pregunta:
-Oiga, machote, ¿cree usted en la reencarnación? 
Yo le contesto que sí y que no.
-¡Cojonudo!-  me dice mientras retira con desgana los 20 céntimos de euro, única moneda que llevaba yo en el bolsillo, y la mete en una bolsita de cuero que lleva colgada de su ennegrecido cuello no porque no se lo lave sino porque el tío es senegalés.

Y es que la reencarnación es la creencia de que el alma, el pensamiento, la mente de una persona volverá a vivir en el cuerpo de otra cuando la primera fallezca, no una sino varias veces. En cada reencarnación la persona va perfeccionándose, yendo a más. Se trata de una creencia religiosa.
Esta es la idea fundamental de la reencarnación. La forma en que la persona se reencarna cambia según la religión. La gran mayoría de las religiones creen en la reencarnación. Sólo el cristianismo, el judaísmo y el islamismo no tienen esta creencia.
Yo tengo dos teorías sobre la reencarnación. Una es la que llamo teoría del limbo y el taxi. Éste sería el caso: cuando la persona muere, el alma se separa del cuerpo y queda es standby (el limbo) mientras se va limpiando de todas las impurezas que ha ido produciendo a lo largo de su vida. Cuando ya está libre de todo pecado se reencarna en una nueva persona que nace (el taxi). Lo que pasa es que Benedicto XVI ha quitado ahora el limbo y me ha echado a perder la teoría. Bueno, me pienso otra y os la expongo.
La segunda teoría es la que llamo reencarnación científica. Esta es mucho más científica y he tenido que leer hasta libros para poder desarrollarla. En esencia pienso que la herencia genética que cada padre deja en su hijo no es más que una forma de reencarnarse. Es curioso, y todos lo habremos constatado muchas veces, el gran parecido físico que tienen algunos hijos con sus padres. Por otro lado también vemos que conforme nos vamos haciendo mayores vamos repitiendo, imitando, gestos, tonos de voz, movimientos, manías, que habíamos visto hacer a nuestros ancestros. Eso es, en definitiva lo que perdura de nuestro paso por la vida.
Por cierto estaría encantado de conocer vuestras teorías y vivencias sobre la reencarnación, si es que creéis en ella.
Saludos!!

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