De nuevo tenemos a nuestro amigo Arturo deleitándonos con este artículo en el que da muestras, una vez más de su calidad como persona y como articulista. Da gusto sentirse querido por personas que valoran tanto la mistad y los sentimientos. Aquí tenéis su escrito:
Mi amigo Manuel, sin proponérselo, me está agobiando porque, justo cuando me abre un espacio para que explique cosas en su blons, sucede que, como dice Serrat en una de sus canciones “las musas pasan de mi”, tengo cosas que decir, pero no quiero pecar de moñas y quizás tenga que cambiar de tercio.
Tienes una facilidad impresionante para escribir sobre los recuerdos de la infancia y con unos detalles que me asombran. Yo no sería capaz de llenar una cuartilla con ellos porque además es que los resumo en exceso y tú explicas hasta los detalles de la puerta de tu casa. Yo diría que tenía UNA PUERTA, y punto.
Bueno, yo voy a seguir en mi línea y obviar los términos taurinos ya que me gusta y me siento cómodo a pesar de que me puedan decir (como ya me han dicho) que me estoy haciendo mayor.
Estos días de final de año dicen que son fechas de recogimiento y meditación, sobre todo para los creyentes que celebran la navidad. Yo prefiero entenderlo como unos días para descansar, entre otras cosas, de la tensión acumulada por el trabajo y, sobre todo, porque son fechas para rodearte de la familia y los amigos. Eso es lo que más me gusta. Qué importante que es eso, sentirte querido y devolverles ese favor que te hacen. Ya se sabe: “CARIÑO, CON CARIÑO SE PAGA”.
Durante la juventud estamos por otras cosas. Tienes las hormonas alteradas y eso hace que sólo pienses con una cabeza (que no es la del celebro), en divertirte, casi siempre rodeado de amigos; esos amigos de juventud que en la mayoría de los casos los dejas de ver y que también son importantes, porque siempre te enseñan algo, unos a divertirte otros a ser responsable en fin… que de todos se aprende y en la mayoría de los casos cuando pasan los años sólo los tienes en el recuerdo.
Con la madurez empiezas a pensar en cosas que hasta ahora pasaban casi desapercibidas, pero que, por tenerlas, quizás no las valoras lo suficiente. Siempre he tenido gente a mi lado. Mi familia, principalmente, y, mis amigos. Algunos amigos con el paso de los años se han convertido en AMIGOS, personas a las que ayudarías en lo que pudieras con los ojos cerrados y que a la inversa pedirías que te ayudaran si lo necesitas. Amigos con los que compartir una buena tertulia, una copa, unas risas, hasta algún cabreo, pero que, basta un momento de serenidad para darte cuenta que es sólo eso, una calentura y que la amistad está por encima de todo, luego vuelves a serenarte y ya queda todo olvidado.
Yo he tenido una suerte enorme porque he podido rodearme de buenas personas. En la adolescencia, cuando hacíamos teatro porque hacíamos una obra cada quince días y éramos capaces de estudiar, entrenar en algún deporte y, el poco tiempo que nos quedaba, dedicarlo a ensayar las obras y, los fines de semana, se juntaba todo: estudiar un poco, los estrenos, los partidos y claro sacar tiempo para ir a la disco a bailar y a ver qué pasaba con las chicas.
En la juventud, porque seguía rodeado de parte de esas personas y otras que se fueron añadiendo, de las cuales, con los años, me he ido sintiendo igual de orgulloso.
En la madurez porque ninguno de mis amigos se ha querido borrar (creo que nos hemos cogido cariño).
Y espero que en la vejez siga siendo igual por que no concibo una vejez de otra forma.
En fin… todo esto viene a cuento porque quiero hacer un brindis. Bueno, dos. El primero al más puro estilo taurino (por tercera vez en este escrito uso un termino taurino y quiero dejar claro que estoy totalmente en contra de los toros, no de las corridas).
VA POR USTEDES y el segundo por que si no lo digo reviento, BRINDO POR UN QUERER QUE NO PUDO SER.
Ese final suena a soleá y a seguidilla, a milonga y petenera, o sea a "cante jondo"... "brindo por un querer que no pudo ser", genial, sinceramente.
ResponderEliminarEnhorabuena, compañero, por tus artículos, porque son todos interesantes y, sobre todo, humanos (como el de Cuba). saludos. Juan Pe Ruiz.
¡BRINDO, YO, TAMBIÉN!
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